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TURISMO CONSIENTE

¿Cómo ser un viajero consciente en Colombia?

Septiembre 18 de 2022.

Las palabras que aquí expreso surgen de la vivencia del turismo en Colombia en un andar por calles, montes, ríos y playas que ha puesto frente a mis ojos cómo el turismo no consciente está dañando a mi Colombia, el segundo país más biodiverso del mundo. Cómo se insiste en la existencia del turismo en ciertos territorios rurales, cómo se montan edificios al lado del mar o cómo el turismo masivo se burla de la economía colombiana.

Nuestro país es un tesoro, un paraíso cargado de vida, de seres humanos y no humanos que tienen la oportunidad de fortalecer su co-existencia, un universo en donde naturaleza y cultura se unen y comprenden el sentido de la vida misma, el regalo de la biodiversidad. 

Sintiendo este país, me he preguntado, ¿los seres humanos merecemos visitar ciertos lugares de Colombia? ¿Debería existir el turismo en toda Colombia? No seré la primera en preguntármelo. Por ende, les invito a reflexionar alrededor de estas letras: ¿Cómo viajar de manera consciente, respetuosa, amigable o responsable por Colombia?

De entrada, viajar consciente significa tener la disposición de transformar la manera en la que viajamos, de cambiar prácticas dañinas y escuchar a los territorios como si hablaran y dijeran: “No quiero sentirme atacado o comercializado con tu visita”, “No quiero verme simplemente exótico, quiero compartir contigo, que me cuides y respetes cada ser que vive dentro de mí”.

Viajar consciente inicia cuestionándonos: ¿cómo viajamos? Desde allí, con paso firme y decidido comenzamos el cambio y sus resultados se reflejarán en nuestra actitud, la manera de hablar a las comunidades, de planear los viajes, de decidir a dónde viajar, entre otros.

Por ejemplo, podemos invitarnos a cuidar nuestro lenguaje omitiendo algunas expresiones como “para eso estoy pagando” o “malicia indígena”. La primera, posiciona una relación de servidumbre que puede llegar a reproducir yugos esclavizadores cuando se puede buscar una relación desde lo humano, en donde las personas en los territorios reciben visitantes y comparten su saber sin que sea meramente una relación yo oferto- yo demando y la prioridad sea el dinero. Por su parte, la segunda expresión de “malicia indígena” reproduce un estereotipo que lleva a pensar que los saberes de nuestras comunidades indígenas son malos, dañinos, malvados, y aún peor, los generaliza. Así, podemos encontrar una infinidad de expresiones que según los territorios pueden herir susceptibilidades que aunque se realicen de manera inconsciente terminan afectando a quien las escucha.

Viajar consciente o como aquí lo llamamos “Con Siente” tiene tantas ramas como la persona desee desprender de su pensamiento y corazón. Una muy relevante para mí es reconocer el territorio que pisas, su historia e identidad. Puede suceder a varias escalas, a nivel territorio Colombia o a nivel específico de la ciudad o pueblo que visitas. Es altamente valorado que investigues la historia de nuestro país desde varias fuentes e incluso que te permitas indagar sobre qué pensamos los colombianos de nuestra propia historia. A continuación, la opinión de William Ospina, uno de esos compañeros colombianos que leo con orgullo:

“… (Colombia) Un país lleno de talentos, de recursos, de fuerza y de riquezas naturales y humanas, va a la deriva en manos de poderes que desperdician su momento, que no consiguen, aunque a veces lo intenten, formular un rumbo, porque carecen de lo fundamental, de un lenguaje para hablar, de respeto profundo por ese pueblo tan largamente despojado, condenado a la dispersión y al silencio”.

Ospina, W. (2013). Pa’ que se acabe la vaina. Editorial Planeta.

En definitiva, un viajero consciente renuncia a lo que dicen los medios de comunicación comerciales sobre qué es el territorio, consultan otras fuentes, tienen sed de un pensamiento crítico que les ponga en contexto de cómo es este país que dice describirse en su constitución política como pluriétnico y multicultural.

Un viajero consciente busca valorar el territorio que visita, y no me refiero a valorarlo económicamente y pensar (como algunos lo hacen) en el gran dinero que podrían valer dichas tierras o en el gran aprovechamiento y rentabilidad que podría obtenerse con las mismas. Me refiero al valor intangible del territorio, por ejemplo, en valorar el acercamiento a temas culturales como lo invita la compañera Doris Jacanamijoy del pueblo originario Kamëntsá Biyá en su tesis:

“Las visitas de personas y el acercamiento a los temas culturales deben hacerse bajo parámetros de valoración, aprendizaje cosmogónico de la cultura con el fin de contribuir al fortalecimiento de la identidad del pueblo, y la recuperación cultural y espiritual, que le permita buscar sus raíces y generar bienestar dentro del territorio”

Jacanamijoy, D. (2018). El Shinÿak -Fuego y su relación con la cosmogonía de la comunidad Kamëntšá – Valle de Sibundoy, Putumayo como propuesta de valoración de la cocina tradicional; desde el turismo consciente. Universidad Externado de Colombia.

Aquello, invita a comprender la reciprocidad que empaca en la maleta un viajero consciente. Es decir, esa correspondencia mutua entre el viajero y el territorio que visita. En este caso particular de Doris, se invita al viajero a empacar la intención de contribuir al fortalecimiento de la identidad cultural de las personas locales mientras recibe conocimiento y vivencias sobre la cultura del territorio. Por ejemplo, a veces las generaciones más jóvenes vemos los aspectos culturales como algo sin importancia pues los vivimos en el día a día; sin embargo, cuando nos chocamos con alguien que es la primera vez que se acerca a nuestra cultura y le da una alta valoración, se revuelca nuestro pensamiento o corazón automáticamente y nos abre una ventana a valorar la identidad propia, a querer preservarla y sentir orgullo de su existencia.

Un viajero consciente puede decidir qué empaca en cada viaje por Colombia, de qué herramientas se vale para construir esa consciencia y sensatez con la que busca viajar.

Un viajero consciente aprende a escuchar y busca que el territorio disfrute de su visita tanto como él o ella disfruta del territorio.

Siempre he dicho #ColombianoConoceTuPaís y hoy digo: No importa si naciste en Colombia o fuera de ella, simplemente #ViajaConscienteporColombia

MACARENA

Guardiana Con Siente

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